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sábado, 7 de enero de 2023

LAS ANTIGUAS CASAS JUNTO AL MESÓN GRANDE EN LA PLAZA MAYOR DE SEGOVIA (1873-1916)

      En 1869 el arquitecto municipal Nicomedes Perier García proyecta una arcada de alineación con diez arcos en la parte meridional de la plaza Mayor, paralela a la Catedral, pero ello supone la expropiación de todos los edificios entre el Nº 12 y el Nº 22 que conlleva un gran desembolso por parte del Ayuntamiento y el proyecto se queda en futura obra. Los once estrechos edificios los fotografió Jean Laurent y Minier (1816-1886) circa 1873. Todos ellos tuvieron una planta baja y tres o cuatro plantas con la típica balaustrada segoviana, a modo de secadero, debajo de la cubierta, pero algunos propietarios ya la habían tapado. En particular, la casa número 20 vemos que se está renovando porque muy probablemente se hicieron al menos dos importantes viviendas.


    Usando una ampliación hemos obtenido un detalle en el que podemos apreciar el cartel del famoso Mesón Grande que está en el Nº 17 y delante hay una tartana. Según el padrón municipal de habitantes de 1870 el dueño del mesón era el segoviano Gregorio Olalla Ondero, consta como posadero, su esposa Victoria Escorial Adeba, natural de Sauquillo y con ellos vive su hija Inés. 


    A su vez, en la parte superior, es muy probable que de todas ellas, la más antigua era la del Mesón Grande. En ella podemos apreciar las vigas de madera del suelo de la última planta que están poco alineadas y un canalón para la salida de aguas del tejado, alejada de la pared. Además, podemos ver tendidos al sol en la balconada de su tercera planta mandiles, mantelillos y típicas camisas de trabajo.


     Sin embargo, en otra fotografía en albúmina, también de Laurent, de nuestra colección y por las mismas fechas, podemos ver con más detalle algunos de los edificios, pero desde más cerca. En la imagen hemos numerado los edificios y hemos remarcado el Mesón Grande junto con los otros dos edificios, que se derribarían inicialmente.


      En esta toma ahora apreciamos que en la barandilla de la primera planta del Mesón Grande cuelgan manteles y la mayoría de las casas tienen cortinas a modo de los actuales toldos para el sofocante sol segoviano del verano. Pensamos que aprovechando el verano en la casa Nº 13 están renovando las antiguas fachadas de madera y serán sustituidadas por muros de ladrillo.

      Hacia 1879 desde el Ayuntamiento se decide la expropiación y derribo de esas casas. Inicialmente se hace la expropiación de los números 17, 18 y 19. El 12 de septiembre de 1880, según La Tempestad, se anuncia que el derribo del Mesón Grande se hará a fines de septiembre o principios de octubre y se llama la atención de los inconvenientes del derribo que puede afectar a las casas contiguas, pero el tiempo pasa y no se lleva a cabo.

     El nuevo arquitecto municipal, desde 1870, Joaquín Odriozola Grimaud había proyectado la construcción de la nueva arcada con firma del 6 de noviembre de 1880, el derribo se retrasa y el 28 de noviembre en La Tempestad se dice que "El derribo del Mesón se empieza el 12 de diciembre próximo". Además, el alcalde Luis Contreras y Tomé, marqués de Lozoya, había anunciado la subasta "de las obras de construcción de la segunda línea de arcos en la plaza mayor de esta ciudad, fachada del Mesón Grande" para el martes 14 de diciembre de 1880.

      El derribo, seguramente comenzó el lunes 13 de diciembre de 1880 y duraría varias semanas. En la subasta del martes 14 para la arcada no se presentó ningún pliego de modo que en la sesión municipal del 17 de diciembre se acuerda una 2ª subasta, que se anuncia en el Boletín Oficial de la Provincia y en la Gaceta de Madrid con el mismo montante para el 7 de enero de 1881 y tampoco se presentó ningún pliego. De modo que ese mismo día el Ayuntamiento, en sesión municipal, aprueba una nueva subasta, pero con un incremento del 10% para el 1 de febrero de 1881.

     La demolición de los tres edificios la podemos apreciar en un pequeño cuadro del pintor Darío de Regoyos (1857-1913) fechado en 1882 con el título Plaza en Segovia, pero nos muestra parte de la realidad. Se aprecian bien, en pie, hasta el Nº 16, pero parece mostrar que se han derribado todos los edificios hasta el Nº 22, cuando en realidad sólo se derribaron los números 17, 18 y 19. En cambio, nos confirma que la arcada no se realizó pasados los doce meses de hacer el derribo del Mesón Grande.

   
     La arcada de alineación proyectada por Odriozola en noviembre de 1880 tenía nueve arcos, y su construcción se fue retrasando varios años. Finalmente, la subasta de la arcada se realizó el 13 de febrero de 1884 y fue ganada por Celestino Gutiérrez Redondo. En abril el contratista pone un anuncio en la prensa para conseguir al cantero que proporcionase el granito adecuado y fuesen como los arcos en frente del Ayutamiento, que se habían terminado en 1870. A su vez el solar que había dejado el derribo se aprovechó inicialmente para montar el Teatro de la Zarzuela desde 1883

   
    
    En el segundo semestre de 1884 se empezó a realizar la arcada, pero hubo cambios en el proyecto y se construyeron tan sólo ocho arcos de granito, tomando la recepción de la obra en julio de 1885. Las pocas posibilidades que tenían las arcas del Ayuntamiento hacen que las expropiaciones de los edificios se fuesen retrasando por falta de acuerdos y no se puedan expropiar rápidamente más edificios. En la reunión del 29 de agosto de 1888, la situación era la siguiente, en cuanto a las valoraciones para ir haciendo el coste total que quedaba.


     En la foto de abril de 1889 de James Jackson se puede apreciar el derribo de las casas junto al Mesón Grande y la construcción de la arcada de alineación con ocho arcos, como se puede ver actualmente en la fachada principal del Teatro Juan Bravo.


     Esa situación del retraso en las expropiaciones y en los derribos mantenía, año a año, el provisional Teatro de la Zarzuela, que inicialmente era algo temporal para las fiestas de 1883, pero se mantuvo hasta 1891 por el éxito que tuvo entre los segovianos.


    Sigue pasando el tiempo y a finales del siglo XIX debido a que se están retrasando las expropiaciones, algunas de las casas han sido revocadas, pero conviven con los ocho arcos de granito. Y es que hecha ya la arcada, desde 1885, la ciudad tenía que convivir con todas sus actividades en la plaza. En concreto, podemos ver un jueves de mercado en la plaza Mayor circa 1896 y apreciar mejor la estrechez que había en la salida de la plaza hacia la antigua plazuela del Caño Seco (hoy plaza del 4 de Agosto). El nombre se debía a la fuente monumental que allí estuvo y actualmente está en la calle de San Millán frente a Sancti Spíritus. La antigua plazuela se reduciría mucho en superficie debido a la construcción del Teatro Juan Bravo por la parte del escenario.


      En la fotografía de Mariano Moreno García (1865-1925) del IPCE circa 1900, podemos apreciar el quiosco de música que se había realizado en 1897 y se mantiene la estrechez de la calle Malcocinado (actual calle del Cronista Lecea). En particular, en el bajo de la casa Nº 15 estaba la nueva confitería de Fermín Bausa Gómez, en el bajo del Nº 20 había un Almacén de Coloniales y en el del Nº 22 una tasca de vinos. Poco antes, las casas Nº 12 y Nº 13 se habían transformado en una sóla por iniciativa de su propietario Víctor García de la Bodega, pero se mantenían los dos números para los establecimientos comerciales.


     La vida de la plaza Mayor se mantenía, además del mercado del jueves, con los actos relacionados con los establecimientos militares de Segovia. En la arcada de alineación se instalaba un altar para la realización de una misa de campaña en una jura de bandera, como la de 1903.

        
      También en mayo de 1906 se hace una jura de bandera en la plaza con los soldados destinados en el Regimiento de Sitio. En esos momentos y dado que la cosa se alargaba, hacia 1907, hicieron una renumeración de las casas de la plaza Mayor.


     Ahora, ya en el siglo XX, en vez de teatro se aprovecha el pabellón localizado en el solar del Mesón Grande, como se seguía identificando, para establecer allí el Cinematógrafo Reina Victoria que tanto éxito había tenido entre la colonia veraniega de 1907 en San Ildefonso y desde noviembre se instaló, de forma más estable, en la plaza mayor de Segovia. 


     El cinematógrafo se mantenía y de nuevo algún acto castrense en la plaza Mayor en 1911. Apreciamos un cartel con el símbolo de la corona en el pabellón que popularmente llamaban cinematógrafo del Mesón Grande hasta que en marzo de 1912 desapareció el cinematógrafo, aunque se seguía utilizando para otras actividades.


     En abril de 1913 hubo una enorme nevada en Segovia, de modo que había personas que bajaban algunas cuestas con esquíes. En la plaza Mayor se debió acumular gran cantidad de nieve y se fue retirando, en carros con bueyes, poco a poco. Daniel Zuloaga tomaría alguna imagen que luego utilizó para hacer alguno de sus artísticos cuadros cerámicos.


      En el verano de 1916 se fueron haciendo los derribos de todas las casas y fue el último en el que se hicieron espectáculos en el pabellón del solar de Mesón Grande, como el de los acróbatas hermanos Borza. Poco después, se empezó a comenzar la construcción del nuevo teatro, con proyecto de Franciso Javier Dodero y se tenía previsto inaugurarlo en septiembre de 1917. Sin embargo, no fue así, se le pondría el nombre de Juan Bravo y se inauguró con una actuación en octubre de 1918. La fisonomía de la plaza Mayor, en 1918 se había cambiado y lo podemos ver en 1920 cuando todavía no se había reinstalado el quiosco que se había desmontado en septiembre de 1916 para la Coronación canónica de la Virgen de la Fuencisla.

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     Esta entrada se la dedico, como siempre, a mis amigos 'recuperadores' de imágenes antiguas de Segovia, Juan Pedro, Juanjo, Juanfran, Aku y además, al amigo Alberto García Gil que siempre me ha comentado que había que divulgar los cambios en la formación de la plaza Mayor de Segovia.
        Todo ha sido posible gracias a: 
Diversos Proyectos de obras de los Arcos de alineación, subastas de obras y acuerdos sobre casas de la manzana correspondientes del Archivo Municipal de Segovia .
Padrón de Habitantes de 1870 del Archivo Municipal de Segovia.
Fotos de Segovia de los  Archivos: Moreno (0081_C_P) y Ruiz Vernacci (VN-03434_P) del IPCE.
Imagen del cuadro de Darío de Regoyos del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
JAMES JACKSON EN SEGOVIA, 28 de abril de 2018 del blog Arqueología de Imágenes del amigo Aku Estebaranz.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950) de Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia, 1988.
Las calles de Segovia, noticias, tradiciones y curiosidades de Mariano Sáez y Romero [1918]. Edición facsímil en offset por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia. Segovia, 1978.
Crónicas Segovianas (tiempos pasados) de Mariano Sáez y Romero. Editada por Carlos Martín. Segovia, 1930.
Boletín Oficial de la Provincia de Segovia miércoles 22 de diciembre de 1880, Núm. 154.
Boletín Oficial de la Provincia de Segovia miércoles 12 de enero de 1881, Núm. 5.
La Tempestad, Segovia 28 de noviembre de 1880, Año I, Tormenta 13.
La Tempestad, Segovia 13 de abril de 1884, Año V, Tormenta 188.
Diario de Avisos, Segovia periódico del viernes 23 de marzo de 1900. Año I, NÚM. 352.
Diario de Avisos, Segovia periódico del martes 26 de noviembre de 1907. Año IX, NÚM. 2880.
Diario de Avisos, Segovia periódico del lunes 12 de junio de 1916. Año XVIII, NÚM. 5214.
Diario de Avisos, Segovia periódico del lunes 31 de julio de 1916. Año XVIII, NÚM. 5256 de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
El apoyo a la divulgación sobre Segovia y continuo aliento de Isabel del Archivo Municipal de Segovia para disfrutar de la Segovia que nosotros no conocimos.
Mi colección de fotos antiguas y libros de Segovia, recopiladas en los últimos veinticinco años.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

LA ESCALINATA DEL POSTIGO AL AZOGUEJO (1891-1913)

     Continuamos con la entrada anterior, desarrollando el proyecto de 1891 de Odriozola sobre las obras para el arreglo de la subida al postigo del Consuelo desde el Azoguejo que tuvo que esperar cuatro años hasta que se comenzó a realizar.

       Aunque el acuerdo de aprobar el proyecto se hizo en la sesión del 29 de mayo de 1891, siendo alcalde Francisco Santiuste Hernández, el secretario del Ayuntamiento Manuel Entero Hernández redactaba el acuerdo y certificaba "...se ejecute la obra cuando los recursos lo consientan". El anuncio de la subasta para la obra con un presupuesto de casi veintidós mil pesetas tuvo que esperar más de tres años con el paso de varios alcaldes entre medias, muy probablemente, porque los recursos municipales se centraban principalmente en el acondicionamiento y escaleras del paseo del Salón. Sin embargo, en la sesión del 7 de noviembre de 1894 se considera que las obras son urgentes "...á fin de facilitar ocupación a la clase jornalera".

      En el Boletín Oficial de la Provincia de Segovia la subasta se publicó el lunes 19 de noviembre de 1894 siendo alcalde Eulogio Martín Higuera y las propuestas tenían de plazo hasta el 1 de diciembre para hacer el depósito de un 5% del montante del proyecto de Odriozola, día en el cual se haría la subasta pública en el Ayuntamiento.


     A la subasta del uno de diciembre acudieron ocho propuestas oscilando las licitaciones entre 15760 pesetas de Fernando Bernedo y 19900 pesetas de Timoteo Polo Cuesta. Por lo cual, la oferta de Fernando Bernedo Sánchez, de oficio cantero, fue la adjudicada por unanimidad en la sesión municipal del 12 de diciembre de 1894.

     Según la Memoria Descriptiva el proyecto de Odriozola suponía nivelar la ladera con lo cual se debía picar y excavar en la roca y como comprobaremos, alrededor de algunos pilares del Acueducto. Al final, en la memoria firmada en mayo de 1891, hay cinco sellos de una peseta de 12ª clase de 1895 con el escrito Reintegro al Expediente.

        "Partiendo de la acera de esta Plaza se construye una escalinata de cuatro metros de ancha en tramos de cinco escalones y mesetas de ocho metros, en dirección paralela á los pilares del Acueducto, pero separada de este cinco metros á fin de que los pequeños desmontes o terraplenes, que  exige la regularidad de las rasantes, no afecten en lo mas mínimo al Monumento."


       Para situarnos bien en el plano hemos señalado los mismos pilares en una fotografía del Acueducto poco después de acabado el proyecto tomada en la procesión del Corpus circa 1898. En ella podemos observar arriba a la derecha que se mantiene todavía el antiguo postigo del Consuelo.

      
      "Estos desmontes y terraplenes que se indican, por ser muy pequeños, en nada perjudicarán los cimientos, antes por el contrario, los primeros manifestarán la esveltez de la grandiosa construcción, pues con la separación que se da a la rampa, este espacio se arregla en talud con muretes de sostenimiento, o de contención de las tierras según se indica en los perfiles transversales y por lo que hace a los terraplenes estos solo se hacen a la inmediación de la plaza del Azoguejo, donde los sillares de la base se ven al descubierto sobre un banco de arena, si bien es muy dura, lo eximio del Monumento obliga por todos conceptos a que se ponga a cubierto de los deterioros".


     "Después de construir este pequeño talud al rededor del Acueducto toda esta superficie empedrará y recebará con muros a fin de que las aguas nunca perjudiquen el terreno sobre el que se alzan los sobervios pilares.
      Para vencer, ya al pie de la muralla, los 11,60 metros que restan para llegar al Postigo, en el espacio de 8,50 metros, se proyecta una escalera de ida y vuelta con dos mesetas al promedio de los ramales además de la indispensable en el cambio de dirección según se muestra en el plano de detalle..."


      Las obras debieron comenzar a finales de diciembre de 1894 y se alargaron hasta marzo de 1896. Utilizando dos fotos comparativas de 1890 y 1901 respectivamente podemos comprobar como se cambió el nivel alrededor de varios pilares del Acueducto, estimando en alguna de ellas más de cincuenta centímetros.


      Por otra parte, junto a los muros de la iglesia de Santa Columba se excavó en algunas zonas más de un metro y setenta centímetros de profundidad como puede apreciarse en fotos posteriores de Wunderlich. Esto provocaba que había que reforzar con varios muretes de sostenimiento y contención como el que podemos ver en la siguiente imagen de Hauser y Menet.


     Aunque aprobado y notificado el resultado de la subasta al rematante el día 17 de diciembre de 1894 las obras debían comenzar antes de los ocho días siguientes y se debían terminar en el transcurso de tres meses, pero Odriozola no dio por finalizada la obra hasta el 21 de marzo de 1896. Muy probablemente, la causa de este retraso fue que el desmonte de 780 metros cúbicos de roca se debía hacer con la barra, pico y cuñas "sin emplear barrenos ni materias explosivas" que pudieran afectar al monumento y suponía un 14% del total de mano de obra.

     En una foto del Ministerio de Cultura francés circa 1899 podemos ver la escalinata terminada en la parte inferior junto a la plaza del Azoguejo.

Ministerio de Cultura, Francia 

      Además, en una foto de Mariano Moreno de 1900 podemos comprobar la escalinata terminada con los postes del tendido eléctrico junto a los pilares tres y seis del Acueducto.

Foto propiedad del IPCE, Archivo Moreno
 
     Sin embargo, disponemos de una foto, más genuina segoviana, realizada circa 1900 por Bernardo Maeso Torres, suegro del poeta cantalejano José Rodao. En ella ya baja una mujer por la construida escalinata con ocho mesetas, pero de más escalones de los cinco proyectados en cada tramo. El arreglo era muy utilizado popularmente y siempre los segovianos pensaban que era una necesidad. En La Tempestad de febrero de 1891 se comentaba jocosamente "por qué no arreglan la bajada del Postigo para evitar que algún prójimo pueda romperse el bautismo. -¡Toma! porque esa bajada carece de un buen padrino".


      La gran escalinata, según el proyecto, se había hecho utilizando "granito de la cantera de las Nieves. Será de grano fino, azulado, compacto sin picos, blancos, gabarros ni defecto alguno y de la mayor dureza...". Suponemos que la mayor calidad era para la parte de la subida al postigo que actualmente se mantiene en bastantes buenas condiciones.  En una imagen circa 1910 podemos ver la cómoda parte final en el Azoguejo con poca inclinación, que se cambió en 1932 poco después de haber demolido los restos de la iglesia de Santa Columba con la consiguiente incomodidad.


      Ya realizada se usaba con mucha frecuencia y los cambios en la ladera sólo los provocaba el cambio de los postes del tendido eléctrico que por la demanda cada vez tenía más cables en las catenarias y los iban cambiando de pilares. Lo podemos ver en una imagen probablemente de Tirso Unturbe circa 1913.

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      Esta entrada se la dedico a los segovianos interesados por la Segovia antigua y la evolución urbanística de nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad.
         Todo ha sido posible gracias a:
Proyecto de reparación y arreglo en el postigo del Consuelo [19-22] de Joaquín Odriozola, arquitecto municipal en 1891, procedente del Archivo Municipal de Segovia.
El Acueducto en la fotografía. Colección Sáez-Laguna. Edita Ayuntamiento de Segovia. Segovia, 2009.
La foto del Archivo Moreno catalogada como C_00090_P del IPCE del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Boletín Oficial de la Provincia de Segovia, lunes 19 de noviembre de 1894. Imprenta Provincial.
La Tempestad, 22 de febrero de 1891, Tormenta 560 del Archivo Municipal de Segovia
El apoyo en la divulgación sobre Segovia y aliento continuo de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia por su gran disposición para cualquier información sobre la Segovia antigua.
Mi colección de fotos, láminas, y revistas antiguas de Segovia recopiladas en los últimos diecinueve años.

miércoles, 12 de agosto de 2015

SEGOVIA LA ABANDONADA (La Esfera, 12 de agosto de 1922)

COMENTARIOS  PREVIOS
     Un día como hoy de 1922 se publicó en la revista La Esfera un artículo en defensa de Segovia que queremos recuperar con el uso de nuevas tecnologías.


    El autor Ramón Gómez de la Serna y Puig (1888-1963), utiliza para ilustrar su alegato, un trozo de la imagen del fotógrafo madrileño Mariano Moreno y García (1865-1925), cuya fotografía realizaría circa 1900.

     La relación de Ramón con nuestra ciudad se debe a que su padre, estando viudo desde 1906, fue Registrador de la Propiedad en Segovia a partir de abril de 1914 con domicilio en la plaza de la Merced. Estuvo viviendo con él unas ocho breves temporadas hasta 1921 y después fallece el 22 de febrero de 1922. Pero sus precisos detalles sobre el Monasterio del Parral delatan que hacía grandes paseos y conocía bien sus vistas panorámicas, o incluso la vista de la meseta castellana desde la torre de Juan II del Alcázar (el trepado balcón de Castilla). Respecto al Acueducto (...distribuidor, á través de sus arcos bajos, de toda la arriería comarcana...) detallan como conocía la zona del Azoguejo, los comentarios sobre las golondrinas, en realidad vencejos, volando por el Acueducto (Las golondrinas están muy arrepentidas de haber venido).

    En el texto se comenta esos años entre 1918 y 1921 en que Segovia tiene una corriente Regeneracionista, y expone claros detalles como el famoso incendio de 1920 que provocó la falta de chapitel en la iglesia de San Miguel durante varios años (y cuando el fuego hace su nido de cigüeña negra en una torre, queda la torre mucho tiempo con el nido ennegrecido y destechado). También en esa época se está reconstruyendo la torre de San Esteban (... y retejar la ciudad. Hay que apuntalarla un poco, pues hay varios campaniles á los que les faltan diez minutos para caerse,...).

     Muy probablemente su buen conocimiento sobre las viejas casas segovianas tenía su origen en la conferencia sobre Casas segovianas que dió Juan de Contreras (Marqués de Lozoya) el 27 de marzo de 1919 en el Ateneo de Madrid utilizando fotos del propio Mariano Moreno, Tirso Unturbe y otros, del cual Ramón era asiduo.

     Justo en 1922 publicaría su novela El secreto del Acueducto de temática puramente segoviana, que muy probablemente redactó en el verano de 1921, y algún párrafo está trascrito literalmente tomado de la novela.

SEGOVIA   LA   ABANDONADA
La típica Plaza Mayor de Segovia antes de derruir todo el fondo, en el que hoy se eleva el Teatro de Juan Bravo
       El viajero, el turista, el evocador español, toma primero el tren de Toledo, después el del Escorial, después el de Ávila, y si es caso, como excursión de merendola, de galantería y muy verdosa, el de Aranjuez. El de Segovia apenas se toma y se va abandonando día tras día, llegado en vano los trenes á esa estación de paso hacia viajes más largos, pues para llegar á Segovia hay que avanzar por una vía muerta y retroceder después para reanudar el camino recto.
      No está bien que se tenga á Segovia en este abandono, porque es una noble, legítima y auténtica gran ciudad. Ella se morirá en silencio de pura hidalga y ni siquiera llama á nadie con programas de fiestas, ni con los programas jarifos y bermejazos que anuncian las corridas de toros.
     Segovia, solemne y silenciosa, vive asomada á su ventanal, mirando el tiempo franco, eternal, con su gran rostro clarividente. No necesita espiar extranjeros. No es una comadreadora. Vive de si misma, sin comercio con nadie. Come sólo pan candeal. De pobre que es no enciende sus candiles á la noche.
       (Su fábrica de luz eléctrica se apaga á cada instante, y no admite abonados, sino accionistas, porque sólo la puede ayudar el que la da una gran cantidad. No la sacaría de pobre el abonado. El abonado más bien la robaría lo que consumiese).
       La resignación de Segovia es la que tienen los monarcas en sus palacios, aquellos monarcas que levantaban el rastrillo bien temprano y se acostaban en seguida. Al pasar frente á las puertas obscuras que respiran la paz de la noche y respiran el aire de la sombra y sus meditaciones, presiento sentados en los tramos de la escalera que da al piso único de la casa gentes conformes que viven su vida con la certeza humana y que, por mucho que lo adornen, no pueden salirse de esos límites.
      Segovia es el imafronte, el pináculo, el trepado balcón de Castilla. Es pura como ella sola y está solado su solar por las lápidas ó laudas que perpetúan á los varones más caballerescos, los hidalgos más sobrios y liberales.
     Segovia es la atrilera, el facistol para el gran libro de la Historia de España, abierto en la primera página de su renacimiento y en la hora de su unidad.
     Su acueducto, el decano de los monumentos enterizos y enhiestos de España, señala más ese sitio central que es Segovia, y más que distribuidor, á través de sus arcos bajos, de toda la arriería comarcana, parece que es el distribuidor de diferentes vías de ferrocarril que pasasen bajo él, ordenando así la afluencia de los trenes que vienen de Europa para ver Segovia y pasar por su numeroso túnel sin fondo.
     Y, sin embargo, esta ciudad señera, cuyo acueducto figura en la portada de nuestras guías de ferrocarriles, está apartada del tren, y si allí se ve que el tren enhebra el acueducto, no es verdad eso, porque la ciudad queda lejos de la estación, en una vía muerta á la que llegan por cumplimiento los trenes porque está eso estipulado en el fuero viejo de los ferrocarriles de Castilla.
     ¡Gran injusticia! Durante el verano, Segovia debía ser un centro populoso de veraneo, porque en Segovia es el único sitio en que reaparece en pleno verano el invierno. En San Sebastián, y quien dice en San Sebastián, dice en todo el Norte, reaparece el otoño en pleno verano, formándose de vez en cuando un día gris perla negra; pero nada más.
      En Segovia aparece el día completamente invernal, erigidas de nuevo las piedras de frío del invierno. La tierra se sobrecoge y el rostro del cielo se pone serio, como sólo se pone en invierno.
      Los pájaros se esconden. Las golondrinas están muy arrepentidas de haber venido.
       El Monasterio del Parral se pone fosco y su piedra toma la color del invierno.
     Esto, que es admirable de ver en plena canícula, sucede en una gran ciudad con empaque cortesano, donde llegan los periódicos temprano, y es modesto el coste de la casa y el sustento. No se cambia de paisaje ni de psicología al veranear allí, y se cambia, sin embargo, de temperatura.
      Hay que conservar por eso de todas maneras Segovia y retejar la ciudad. Hay que apuntalarla un poco, pues hay varios campaniles á los que sólo les faltan diez minutos para caerse, y cuando el fuego hace su nido de cigüeña negra en una torre, queda la torre mucho tiempo con el nido ennenegrecido y destechado.
      También hay que defender las viejas casas, pues todavía se conduele la ciudad de que tirasen aquellas casas que había en la Plaza -esas que va á perpetuar mi fotografía-, y cuyos pisos avanzaban como crecientes repechos sobre el aire de la Plaza, el más saliente el último, habiendo una ventanita á cada lado de cada balcón y viéndose las maderas antiguas de las antiguas construcciones hidalgüelas.
        Hay que ir de vez en cuando á Segovia, porque en ella se ve con más lógica y con más nitidez que en Toledo el alma española, sin la brevedad que ese espectáculo tiene en Ávila y sin la tétrica, solitaria y desesperante visión del Escorial.
    En Segovia el turista encontrará la pura cepa y comprenderá con seriedad y sobriedad, en toda su pobreza y en toda su altivez, lo que es el alma castellana.

RAMÓN  GOMEZ DE LA SERNA
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     Esta entrada se la quiero dedicar a todas y todos los que sienten pasión por la Segovia que fue.
     Todo ha sido posible gracias a:
La foto Segovia-41-Plaza Mayor del Archivo Mariano Moreno con Nº de inventario 0081_C del Instituto de Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La Esfera, Año IX, Núm 449, sábado 12 de agosto de 1922 de mi colección.
El secreto del Acueducto de Ramón Gómez de la Serna. Edición de Carolyn Richmond, segunda edición. Ediciones Cátedra. Madrid 2000.
Segovia en tres tiempos. fotografías de Laurent, Moreno y Loty 1856-1936. Fundación MAPFRE Instituto de Cultura.Madrid 2006.
Las fotos antiguas de placas de cristal del Ateneo de Madrid.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950). Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1998.

lunes, 15 de septiembre de 2014

LA PLAZA DEL AZOGUEJO DE SEGOVIA (1901-1928)

       La plaza del Azoguejo ha cambiado mucho con respecto a la actualidad. Lo queremos reflejar con varias entradas que nos marcan visualmente la fisonomía del lugar. Podemos diferenciar cuatro periodos, 1901-1928, 1929-1942, 1943-1952 y 1953-1963, pero ahora nos centramos en el primero.

      Si seguimos a Mariano Sáez y Romero, en 1918, la plaza del Azoguejo 'Se llama así del origen o significado de la palabra derivada de azogue, plaza de algún pueblo donde se tiene el trato y comercio público. Puede proceder también de la palabra árabe zoco, lugar de reunión y comercio, nombrándose azoguejo o zoquejo o zoco pequeño, a diferencia del zoco grande, que era el sitio actual de la Plaza Mayor'. 

    Para situarnos en cómo era la plaza del Azoguejo en ese momento podemos hacernos una idea utilizando el plano del arquitecto municipal Odriozola de 1901. Además, podemos comprobar como era de cerrado el entorno al que llegaban la calle de Cervantes (desde 1904, antes Real del Carmen), la calle Perocota, la calle San Francisco, la calle del Angelete y a su espalda el Acueducto.


    Comenzamos con nuestro recorrido para mostrar como en el primer cuarto del siglo XX tenía absolutamente ese claro sentido de espacio comercial abierto.


     En la foto del austriaco Alois Beer de 1907 tomada desde el Acueducto podemos ver la disposición de las casas como nos lo muestra el plano de Odriozola con diferente alineación y a la derecha los restos de la iglesia de Santa Columba. En el bajo del Nº 1 se encuentra la tienda de Comestibles de José Maroto Sánchez, en el bajo del Nº 2 estuvo desde 1900 la sucursal de la Droguería y Perfumería de Alejandro Sanjuan, pasada la calle Perocota en el Nº 3 la tienda de Comestibles (que alquilará a partir de 1911) de Macario Vivanco Angulo que había estado antes en la Plaza de la Rubia y en el Nº 10 desde 1899 trasladada desde la calle San Francisco el Gran Establecimiento de Barbería La Puerta del Sol de Pedro León Plaza, que en algún anuncio hemos podido leer 'junto a los caños'.

      Para mostrar la gran estrechez de la calle Perocota entre los números 2 y 3 de la plaza del Azoguejo vamos a utilizar una acuarela, publicada en 1919, del pintor José Pedraza Ostos (1880-1937) desde la propia calle Perocota mirando al Acueducto. En la imagen podemos observar perfectamente el voladizo de la casa del Nº 2, el entrante que se aprecia a la derecha del plano de Odriozola de la calle Perocota y después el bolardo de granito está ya en la Plaza del Carmen.


      A principios de la década de los años 10, al menos en 1911, en el Nº 1 se instala Tomás Cerezo García con una tienda de Ultramarinos, Vinos y Licores, que se mantendrá hasta 1943.


     Desde al menos 1913 se encontraba en el Nº 2 la tienda de vinos al por menor de Atanasio De Antonio Matesanz o su mujer Gregoria Álvaro Álvaro y allí permaneció hasta 1930 que luego tomaría su yerno Aurelio Hernández Martínez.

    Hay locales comerciales muy cambiantes como el caso del Nº 3. En junio de 1912 se publicitaba en el programa de fiestas la tienda de Ultramarinos y Licores de Guillermo Herranz Remacha y poco antes había pagado la contribución industrial para el 1912 la tienda de comestibles de Gervasio Gómez, según podemos ver en una imagen un domingo de mercado, con las liebres en el perchero para su venta, que correspondería exactamente entre mediados de 1911 y mediados de 1912:

Mercado del Acueducto y Santa Columba. Ch. Chusseau-Flaviens. Courtesy George Eastman House

     Sin embargo, el duro trabajo del comercio hace que circa 1915 en el Nº 3 ha desaparecido el establecimiento anterior y está ya la Confitería de Guillermo Castillo Horcajo que se mantendrá durante todos los 'felices' años 20.

 
     Y así lo podemos ver en una foto circa 1920 de Otto Wunderlich (1886-1975), de una antigua revista, sacando el Azoguejo un domingo de mercado a través de los pilares de los arcos del Acueducto.


       En el Nº 4 al menos desde 1911 se encontraba el Comercio de Tejidos, Novedades y Géneros de Punto de José Calderón Santiago y allí se mantendría hasta el derribo de la casa en 1929 por una nueva alineación.

 
     Pero continuemos mostrando cómo era la plaza del Azoguejo utilizando una foto de época del Archivo Mariano Moreno de un cuadro de Ignacio Zuloaga datado en 1915. En la imagen podemos ver perfectamente los números 2, 3, 4, 5 y 6 de la plaza e incluso el número 2 de la calle de San Francisco que está prácticamente como en la actualidad, pero en esta perspectiva la calle Perocota no se ve tan estrecha.

Foto del Archivo Mariano Moreno propiedad del IPCE

      En el Nº 5 de la plaza se encontraba a partir de los años 20 el Establecimiento de Vinos y Comidas de Ricardo Alonso de Santos, que luego se popularizaría como Casa Ricardo en los años 30.


     Para terminar de ver las casas de la plaza del Azoguejo hemos utilizado una foto de Alois Beer circa de 1907 (anterior al derrumbe en 1908 del quiosco central) facilitada amablemente por el amigo Juan Francisco Sáez Pajares.


     En esta foto vemos que muy probablemente en el Nº 7 se encuentra la taberna de Vicente Díaz Dávila, que luego tomará Florentino Matarranz y después Dionisio Duque Mateos sobre 1912 y todavía no han puesto el cartel de Casa Duque (se hace circa 1919), podemos leer aún Vinos, Aguardiente, Cerveza. Además, hemos conseguido un anuncio de 1925 de la Viuda de Dionisio Duque Mateos (el Chato) ya que había fallecido un año antes.


     Y finalmente, no hay cartel en la foto anterior, pero desde 1900 Alfonso Madrigal Prieto pide al Ayuntamiento una licencia para establecer una Pescadería, que luego ya hemos podido ver un anuncio publicitario en 1922 de sus nietos, los herederos de su yerno Felipe Martín Morcillo, pero que aunque no consta el número de la plaza, correspondía al Nº 8, como hemos visto en otras fotografías.


      Terminamos el círculo con una foto de Alois Beer circa 1907 en la que se ven los restos de Santa Columba y la fuente que después se subió arriba.


                                  Continúa                                
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     Esta entrada se la quiero dedicar a todos los segovianos que trabajan actualmente en la plaza del Azoguejo para que conozcan cómo era.
     Todo ha sido posible gracias a:
Programas de Ferias y Fiestas de 1911, 1912, 1915, 1922 y 1925 EL SEGOVIANO. Editado por Ciriaco Ramírez Fernández del Archivo Municipal de Segovia.
El acueducto en la fotografía. Colección Sáez-Laguna. Edita Ayuntamiento de Segovia. Segovia, 2009.
La foto del Archivo Mariano Moreno (1865-1925) con Nº de inventario 34025_B del IPCE.
El blog de José Manuel Estebaranz arqueologiadeimagenes.blogspot.com.es por facilitar la visión de las fotos de Ch. Chusseau Flaviens de Segovia.
La Esfera, Año VI, Núm 292, sábado 2 de agosto de 1919.
Mapa del arquitecto municipal Joaquín de Odriozola Grimaud de 1901.
Las calles de Segovia, noticias, tradiciones y curiosidades de Mariano Sáez y Romero. Edición facsímil en offset por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia. Segovia, 1978.
"Como una coqueta con un velo", Segovia hace 100 años. Editado por el Ayuntamiento de Segovia y el Instituto Histórico Austriaco. Madrid, 2004.
Censo electoral para la provincia de Segovia de 1924 de la Biblioteca Digital de Castilla y León.
Todos los apoyos para la divulgación de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia.
Mi colección de postales, fotos y revistas antiguas recopiladas en los últimos quince años.